Si queremos apreciar verdaderamente la importancia de las abejas no podemos quedarnos en valorar los productos que extraemos de las colmenas y olvidarnos de lo que realmente es su valor fundamental, la polinización.
La polinización
La polinización es el proceso de transferencia del polen desde los estambres hasta el estigma o parte receptiva de las flores, donde germina y fecunda los óvulos de la flor, haciendo posible la producción de semillas y frutos.
La polinización se confunde a menudo con la fecundación, aunque son dos procesos distintos, si bien el primero es casi siempre condición necesaria del segundo. El transporte del polen lo puede realizar un agente físico como el viento, plantas anemófila, o un agente vivo, plantas zoófilas.
Las abejas son los insectos polinizadores indispensables de las plantas entomófilas y mas concretamente melitófilas.
Las características físicas y fenológicas de las flores , así como de su polen, suelen ser marcadamente diferentes. Las plantas entomófilas deben llamar la atención de las abejas con colores y olores atrayentes, así como recompensarlas con alimento, sea néctar o polen.
¿Qué fue antes la flor o la abeja?
Las abejas y las flores han caminado juntas en el proceso de evolución y se han adaptado tanto que resulta difícil saber quien ha influido más en quien.
La necesidad de un gran número de plantas de polinizarse de forma cruzada ha hecho necesario que los vehículos para su realización se especializaran, por lo que el viento no era suficiente para realizar esta polinización con eficacia.
Las flores se vistieron de colores, para atraer a estos insectos y reservaron una dulce y escondida recompensa en los nectarios para asegurarse su supervivencia.
Por su parte las abejas también mejoraron y pasaron de un cuerpo liso como las avispas a cubrirse de pelos en los que los granos de polen podían adherirse y polinizar a la siguiente flor visitada por el insecto. Las abejas también adoptaron un comportamiento que facilitaba esta polinización cruzada, visitando un solo tipo de flores: se especializaban en esa variedad de flor hasta que se acaba la floración.
Mientras que a las abejas les interesan el néctar y el polen, las flores por su parte consiguen traspasar sus genes para el futuro.
La apicultura en defensa de las abejas
La apicultura, podría paliar estos desequilibrios, consiguiendo mantener a las abejas como insecto util para el medioambiente polinizando la flora, alimentando a sus depredadores naturales que también los tiene y aprovechando sus maravillosos productos, miel , polen, jalea real, própolis , veneno y cera, que desde tiempo inmemorial el hombre ha sabido apreciar y utilizar como alimento y remedio natural para muchas enfermedades.