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La vida en la colmena

La vida en la colmena se rige por unas normas muy estrictas que todos sus miembros siguen cada día.

La colmena está poblada durante todo el año por miles de abejas y una sola reina; en primavera y verano también les acompañan los zánganos. Las estaciones, hacen que las abejas evolucionen de una forma u otra. Ellas trabajan y dimensionan su vida dependiendo de lo que les ofrece la madre naturaleza: calor, frío, lluvias, sequías.

El mes de Enero es un mes de descanso en la colmena. Las abejas se protegen del frío formando un gran racimo dentro de la colmena; la reina se coloca en medio de todas sus hijas.

Durante el mes de Febrero las obreras limpiadoras dedican su trabajo a extraer de la colmena las abejas que han muerto de frío durante el invierno. Unas pocas abejas se decidan a recoger polen, pero siempre en pocas cantidades. La reina se decide a poner los primeros huevos del año.

Marzo es el mes donde comienzan los vuelos de purificación. Las obreras limpiadoras continúan con el aseo de la colmena, ahora con más intensidad. Las primeras abejas empiezan a nacer.

En Abril las abejas obreras que aguantaron el duro invierno, empiezan a morir. La reina comienza a ponerse en forma y, si los aportes de néctar y polen son elevados, podría llegar a poner 1000 huevos al día.

En Mayo, con la llegada de la primavera, los primeros zánganos empiezan a nacer. La reina ya está en plena forma y puede llegar a poner más de 2000 huevos al día. Es por ello que la colmena está al borde del aforo permitido.

Junio es un mes de gran agitación en la colmena. La colonia de abejas llega a su máximo desarrollo de población. Las jóvenes reinas salen nerviosas de las celdas reales. De todas las reinas nacidas, solo una puede quedar con vida, que será la reina suprema de toda la colmena. La primera selección la hacen las propias abejas obreras. Las reinas que salen defectuosas son rápidamente eliminadas. Las mejores reinas entablan la lucha sobre los panales, donde solo la más fuerte y ágil conseguirá ganar los sucesivos duelos.

La nueva reina, después de 3 o 4 días de descanso en el interior de la colmena, se decide a salir al aire libre. Será la primera y última vez que abandone la colmena.

En Julio las colonias que enjambraron se dedican a reponerse de la pérdida de abejas y miel. La joven reina, ya fecundada,  comenzará su puesta. Los zánganos que aún quedan con vida, poco a poco son echados de las colonias. En los días de altas temperaturas las

abejas aguadoras trabajan recogiendo agua y depositándola sobre los panales para evitar que los paneles de cera se fundan.

Con la llegada del mes de Agosto la reina empezará de nuevo la puesta que, dependiendo de las precipitaciones, será más o menos abundante. El agua escasea en este mes, el calor y la nueva cría, hacen que las necesidades de agua en la colmena aumenten, por lo que numerosas obreras aguadoras trabajan incansables para saciar la sed de la colonia.

 

En Septiembre la vida en la colmena depende de las lluvias que hayan caído el mes anterior. Si han sido escasas la colmena bajará la actividad para el invierno. Si las lluvias han sido abundantes las abejas todavía trabajarán incansablemente. La reina seguirá criando nueva prole, la colonia dispondrá de abejas muy jóvenes y de muchas reservas para pasar el invierno. Durante este mes se recoge casi toda la miel. Así pues, los apicultores solo deben recoger la miel que las abejas han producido de más, dejándoles una cantidad para que puedan pasar el invierno.

Octubre es el mes por excelencia de recogida de propóleos.Las abejas, al no tener alimento en el campo, intentan saquear las colonias más débiles y a veces lo consiguen.

En Noviembre la reina deja de poner huevos debido a que las abejas gastarían muchas reservas de miel en mantener la temperatura idónea en el nido de cría. Si los días son muy fríos, forman el racimo invernal, que no dejarán de mantener hasta el mes de marzo.

Y por último, en el mes de Diciembre la colonia se encuentra en reposo total. Para las abejas es sin lugar a dudas el período de más calma de todo el año.

El racimo formado por miles de abejas, se contrae o se expande dependiendo de la temperatura exterior. Cuando llegan días soleados en pleno invierno, las abejas aprovechan para comer la miel que está más lejos del racimo.

Los métodos modernos de explotación y una mejora de las técnicas de la apicultura favorecen un mejor aprovechamiento de los recursos que las colmenas nos ofrecen.

 

Fuente: https://bit.ly/2YhCPaI